¿Una toxina al servicio de la medicina?

El exceso de exposición al sol, la repetida contracción de la misma musculatura del rostro, o sencillamente, el paso de los años, son algunas de las causas por las que las arrugas pueden surgir. 
El botox se ha convertido en el método cosmético más popular porque es seguro y a los pacientes les encanta el resultado por su naturalidad y eficacia. La piel se alisa y la cara tiene un aspecto más relajado, contribuyendo a dar una apariencia más joven, sin que se modifique la expresión ni la forma normal de la cara si se aplica correctamente la técnica. 
Se trata de una proteína compleja que se produce en laboratorio a partir de una bacteria llamada «clostridium botulinum». En su estado natural esta bacteria contiene elevados grados de una toxina que la convierte en patógena (es una bacteria que se encuentra, por ejemplo, en la comida en mal estado). Obviamente, se justifica que uno se pregunte como tal toxina puede ser usada como un tratamiento cosmético. De la misma manera que hay muchas vacunas que derivan de agentes patógenos, muchos productos de belleza que se extraen de sustancias que en la naturaleza son tóxicas, o incluso venenosas, el botox es el resultado del tratamiento, la esterilización y la purificación de la bacteria mencionada.
El tratamiento con botox consiste en unas microinyecciones con aguja fina en el músculo, en dosis muy pequeñas, que provocan la relajación del mismo al bloquear la liberación de acetilcolina, sustancia que usan las neuronas para causar la contracción muscular.
Se produce así una inactividad de dicha zona dando como resultado la eliminación de las arrugas dinámicas o de expresión.
Se utiliza sobre todo en el tercio superior del rostro donde las arrugas son muy comunes por un exceso de gesticulación y donde el botox actúa con mucha efectividad, haciendo desaparecer completamente los signos de envejecimiento.

 

Una vez producido el bloqueo, los músculos no se contraen más durante un tiempo. De ahí que, tras las inyecciones de botox, las líneas del ceño y marcas de expresión desaparezcan dejando tu rostro mas joven y suave.  

Los factores de riesgo y de dolor son casi inexistentes, y ésta es la principal razón por la cual las inyecciones de botox se han vuelto tan populares. Eso sí, debes tener en cuenta que sus efectos son temporales y es aconsejable repetir sesiones cada 4-6 meses. 
Fuente: EL MUNDO, sección SALUD