El ‘lifting’ líquido

Existe una manera de conseguir un rejuvenecimiento facial extraordinario sin cirugía. Esto lo desconocen muchas personas, porque si bien de manera frecuente han acudido a alguna clínica a corregirse un pliegue o arruga facial, no es frecuente que hayan oido hablar de la bioplastia.

¿En qué consiste y qué es?

En una primera visita se valora a el/la paciente y se analizan principalmente:

  1. los principales ángulos y proporciones faciales: mandibular, nasolabial, línea de Ricketts, etc..
  2. las zonas de pérdida de volumen

Es muy importante que el/la paciente sea sincero/a con su médico estético, pero sobre todo ‘realista’. ¿A qué me refiero con esto?? Bueno pues a que el paciente debe reconocer qué es aquello que le lleva a querer corregir o mejorar su aspecto (un aspecto triste, enfadado, cansado o con excesiva flacidez facial) y deben acordar un resultado ‘realista’ tras el tratamiento, acorde a sus posibilidades según sus anatomía facial: un aspecto más atractivo, más joven, más femenino/masculino. No vale decir: quiero los labios de Angelina Jolie, o quiero parecerme a George Clooney, porque seguramente no va a ser posible…

Tras esto, ambos médico y paciente acuerdan el protocolo a seguir para obtener un rejuvenecimiento facial completo (es decir, todo aquello que es necesario y posible corregir). A veces esto no puede realizarse en una sola sesión de tratamiento, y el/la paciente debe acudir más de una sola vez a consulta.

Suele ser necesaria la combinación de distintos productos y técnicas (ácido hialurónico, hidroxiapatita cálcica, hilos tensores, peeling químicos…) para conseguir el mejor resultado.

En ocasiones acuden pacientes a mi consulta que sólo quieren saber el precio de un vial de ácido hialurónico. Esto es lo que diferencia a un médico de otros ‘vendedores o franquiciados’. La mayoría de veces, el precio de un buen tratamiento médico estético no sólo depende del producto y de su cantidad, sino también de la experiencia del médico y de la técnica utilizada. Por tanto no es justo pensar que ‘todo’ va a depender de lo que cueste un vial de cualquier producto que utilicemos; pasamos muchas horas formándonos y actualizándonos para poder ofrecer a nuestros pacientes lo mejor y las mejores técnicas de inyección que aporten resultados naturales y eso es lo que repercute también en el coste de un tratamiento. Es necesario huir de la costumbre asentada por muchas franquicias de ‘cobrar por vial’, ya que debería cobrarse por tratamiento y el precio incluiría todo el producto que el paciente necesite para obtener el resultado que el/la paciente busca.

A todo el mundo le preocupa llevar un buen coche que tenga airbags y que sea seguro, tener unos zapatos de buena calidad que no sean de plástico y nos dañen los pies…. pero muy pocos piensan que la calidad de los productos de los tratamientos estéticos es tan importante como estas otras cosas. Realmente se trata de algo que llevaremos en nuestra cara o en alguna parte de nuestro cuerpo durante mucho tiempo y debemos pensar que ‘no todo vale’.

Os animo a informaros si hay algo que os gustaría mejorar porque a veces hasta lo que pensamos que no es posible, se puede conseguir.