Manchas faciales

¿SE QUITAN LAS MANCHAS FACIALES?

La piel vuelve de las vacaciones, o del verano mejor dicho, y se haya disfrutado o no, lo que no cabe duda es que una gran dosis de sol ha quedado en ella.

Como resultado, sobre todo a partir de los 35, la aparición de nuevas manchas sobre la piel o un oscurecimiento de las que ya teníamos. Y esto… a pesar de usar protección solar, porque lo cierto es que cada vez tenemos más conciencia de la necesidad de su uso, pero…

No usamos bien la protección. No, no la usamos bien. En primer lugar porque nadie nos enseña a hacerlo: es la mejor prevención para que no salgan manchas nuevas y la mejor también para que no reaparezcan aquellas que ya hemos conseguido eliminar. Eso, sin contar con los beneficios para la prevención del envejecimiento cutáneo ocasionado por el sol así como los tumores de piel.

Tratamiento manchas faciales léntigos

Poca gente sabe que la renovación de la aplicación debería efectuarse cada 2-3 horas pues a partir de este tiempo el producto va perdiendo su poder de protección por la transpiración de la piel. Por tanto, no sólo es suficiente aplicarlo al salir de casa por la mañana. Debemos fijarnos en el número que indica la protección; protege realmente esa cantidad para 2 mg de producto por cada cm² de piel. Esta cantidad sólo se consigue siendo muy generosos cuando nos lo aplicamos.

También está nuestro factor confusión: ¿pensamos que si no vamos a la playa no estamos tomando el sol? Si vamos de casa al trabajo, tomamos el aperitivo en una terraza o salimos a recoger a los niños al colegio, también nos está dando el sol.

¿Y qué me decís de las estaciones del año? ¿Es que en invierno no hay sol? ¿Por qué bajamos la guardia? En invierno, sobre todo los días con nubes, los rayos infrarrojos no las atraviesan y por eso tenemos menos sensación de calor… pero los ultravioletas A y B (UVA y UVB), responsables del envejecimiento de la piel, la aparición de manchas y tumores, nos llegan igualmente.

Ya volviendo a la pregunta inicial: ¿Se quitan las manchas? Es obvio. Las manchas faciales son un problema médico-estético y, por tanto, es necesario un diagnóstico del tipo de mancha y un tratamiento médico adecuado a su condición. ¿Son todas iguales? ¿Su origen es el mismo? ¿Están todas a la misma profundidad? ¿La condición de la piel -fototipo- es la misma? No.

Por eso no sirven los remedios caseros ni la crema que esta temporada nos quiere vender la industria cosmética. Es necesario que el médico nos examine las manchas, las diagnostique y a partir de ahí instaure un tratamiento. Y sin olvidar que a veces una mancha en la piel puede no ser una simple mancha, sino una lesión cancerosa o precancerosa, y desde luego, es el médico quien puede hacer este despistaje.

El tratamiento de las manchas difusas de la piel como el melasma requiere un delicado manejo de los recursos terapéuticos que combinan peelings superficiales o medios, inhibidores de la síntesis de melanina y, en ocasiones, sesiones de láser. Es muy recomendable realizar un tratamiento domiciliario complementario para reforzar la eficacia del tratamiento y evitar recidivas.

Para todos los casos hay soluciones, pero… hay manchas que vuelven a salir.

¿Y por qué ocurre esto? Porque las células, genéticamente, están programadas para producir melanina en esa zona, y cuando se eliminan pero no se mantienen a raya con un producto despigmentante y protección solar alta, vuelven a salir al menor estímulo (un rayo de sol, un factor hormonal…).

Sólo con perseverancia, les ganaremos la batalla.

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