En verano es posible!
Es la época más anhelada del año porque por lo general, durante el mismo disponemos de más tiempo libre y nos esperan las vacaciones, esos días que nos permiten hacer todo aquello que no hemos podido hacer durante el resto del año por trabajo, horarios de actividades con los niños, etc..
Pues bien, el verano quizá también es la mejor estación para plantearse un tratamiento médico estético facial. Durante el año siempre nos vienen a la cabeza cuestiones como: ahora no puedo, seguro que en el trabajo se darán cuenta…. o mañana tengo que ir a una reunión en el colegio y no quiero que me vean así.
Si tomamos esta decisión no nos arrepentiremos.
Si bien es cierto que hoy en día los principales tratamientos faciales que realizamos: rellenos de ácido hialurónico, hilos tensores, bioestimuladores del colágeno o Botox, permiten incorporarse de forma inmediata a la vida social, también es posible que se perciba de forma discreta por ejemplo, el punto por donde se ha realizado la inyección o por donde se han introducido los hilos.
Por ello si disponemos de unos días para poder recuperarnos tranquilamente y sin presiones en casa, lo agradeceremos y podremos realizar los cuidados domiciliarios de forma más precisa y con menos tensiones.
Así pues os animo a que os planteéis lo siguiente: coged un espejo y observaros al tiempo que pensáis qué os gustaría mejorar (arrugas en la frente, patas de gallo, flacidez…). Sin duda, este es un buen momento y dispondremos de todo el tiempo del mundo para ver los cambios sin que nos angustie el tener que aparecer en el trabajo.